sábado, 23 de octubre de 2010

Vicente Huidobro

Nace en Chile el 10 de Enero de 1893. Desde muy jóven mostró su inquietud literaria, comenzando a escribir poemas a los 12 años y exponiendo pocos aoñs después un manifiesto donde expresaba su rechazo a toda la poesía que lo precedía.

En 1916, se trasladó a Buenos Aires, donde expuso en una conferencia su teoría creacionista. Esta consistía en considerar al poeta como un Dios, que no expresara en sus versos una maravillada contemplación de la naturaleza creada, sino que compitiera con ella, haciendo nacer una nueva, creada por el poeta.

Amante de los movimientos vanguardistas franceses, especialmente del simbolismo, su original escritura se engloba en el creacionismo, corriente mediante la cual valoraba más la palabra en cuanto creación independiente literaria que por su significado como tal.

Las ideas vanguardistas del autor chileno las compartió y expandió por Europa, residiendo en París y Madrid, lugares en los cuales coincidió con los grandes nombres de la intelectualidad artística de ambas poblaciones.

Fallece a los 54 años en Chile. El 2 de Enero de 1948.

Parte de su obra:
  • Ecos del alma (1911).
  • La gruta del silencio (1913).
  • Canciones en la noche (1913).
  • Pasando y pasando (1914).
  • Las pagodas ocultas (1914).
  • Tres novelas ejemplares (1935).
  • Sátiro o el poder de las palabras (1939).
  • El ciudadano del olvido (1941).
  • Últimos poemas (1948).

HIJA

Tengo tu rostro entre las manos
oh aire dulce retrato de aire
anillo del mundo y del pasado
tu rostro de silencio
rostro de lámpara tierna
con qué facilidad te formas en mis ojos
como vuelves alegrando la negrura.

Miseria del recuerdo
en el umbral del frío la selva se hace sueño
se desprenden las hojas
se mueren las miradas gota a gota.


SOLITARIO INVENCIBLE

Resbalando
Como canasta de amarguras
Con mucho silencio y mucha luz
Dormido de hielos
Te vas y vuelves a ti mismo
Te ríes de tu propio sueño
Pero suspiras poemas temblorosos
Y te convences de alguna esperanza

La ausencia el hambre de callar
De no emitir más tantas hipótesis
De cerrar las heridas habladoras
Te da una ansia especial
Como de nieve y fuego
Quieres volver los ojos a la vida
Tragarte el universo entero
Esos campos de estrellas
Se te van de la mano después de la catástrofe
Cuando el perfume de los claveles
Gira en torno de su eje


Enlaces:

http://www.los-poetas.com/b/biohuid.htm

http://www.poemas-del-alma.com/blog/biografias/biografia-de-vicente-huidobro

http://www.alohacriticon.com/viajeliterario/article101.html

http://www.vicentehuidobro.uchile.cl/altazor_canto2.htm



Octavio Paz


1914- 1998. Poeta y ensayista Mexicano. Desde muy jóven empieza su actividad literaria ayudando en varias revistas y diarios como "Bandaral" y "Cuadernos del valle de México".

En el año de 1962 fue embajador de México en la India, pero en 1968 renuncia a ese cargo como protesta por los sucesos estudiantiles en México. En 1971 regresa a México donde dirige la revista "Plural" la cual trataba de las críticas de las letras, el arte, el pensamiento y la política, pero en 1976 la revista cae y Octavio Paz se une con otros intelectuales para dirigir la revista "Vuelta" la cual se convierte en la revista con mayor prestigio.

Recibió varios premios literarios, como el del Príncipe de Asturias, el Premio Cervantes(1981) y el de Tocqueville. Pero el mayor de todos fue el Premio Nobel, en 1990, otorgado como reconocimiento universal a su obra. Fue el primer escritor mexicano en recibirlo, y uno entre los varios concedidos a los autores de la literatura hispánica.

Muere en Ciudad de México el 20 de Abril de 1998.

Parte de su obra:

Poéitica:

  • Puerta condenada (1938-1946).
  • La Rama (1937).
  • Piedra de sol (1949).
  • Libertad bajo palabra (1949).
  • Salamandra (1962).
  • Ladera Este (1969).
  • Pasado en claro (1975).
  • Vuelta (1976).
  • Árbol Adentro (1978).
Ensayística:
  • El laberinto de la soledad (1950).
  • El Arco y la Lira (1956).
  • Las peras del Olmo (1957).
  • Cuadrivio (1965).
  • Puertas al campo (1966).
  • Corriente Alterna (1967).
  • Conjunciones y Disyunciones (1969).
  • El Ogro Filantrópico (1979).
  • In- Mediaciones (1979).
  • Las Hojas (1997).
EL RAMO AZUL

Desperté, cubierto de sudor. Del piso de ladrillos rojos, recién regados, subía un vapor caliente. Una mariposa de alas grisáceas revoloteaba encandilada alrededor del foco amarillento. Salté de la hamaca y descalzo atravesé el cuarto, cuidando no pisar algún alacrán salido de su escondrijo a tomar el fresco. Me acerqué al ventanillo y aspiré el aire del campo. Se oía la respiración de la noche, enorme, femenina. Regresé al centro de la habitación, vacié el agua de la jarra en la palangana de peltre y humedecí la toalla. Me froté el torso y las piernas con el trapo empapado, me sequé un poco y, tras de cerciorarme que ningún bicho estaba escondido entre los pliegues de mi ropa, me vestí y calcé. Bajé saltando la escalera pintada de verde. En la puerta del mesón tropecé con el dueño, sujeto tuerto y reticente. Sentado en una sillita de tule, fumaba con el ojo entrecerrado. Con voz ronca me preguntó:

-¿Dónde va señor?

-A dar una vuelta. Hace mucho calor.

-Hum, todo está ya cerrado. Y no hay alumbrado aquí. Más le valiera quedarse.

Alcé los hombros, musité “ahora vuelvo” y me metí en lo oscuro. Al principio no veía nada. Caminé a tientas por la calle empedrada. Encendí un cigarrillo. De pronto salió la luna de una nube negra, iluminando un muro blanco, desmoronado a trechos. Me detuve, ciego ante tanta blancura. Sopló un poco de viento. Respiré el aire de los tamarindos. Vibraba la noche, llena de hojas e insectos. Los grillos vivaqueaban entre las hierbas altas. Alcé la cara: arriba también habían establecido campamento las estrellas. Pensé que el universo era un vasto sistema de señales, una conversación entre seres inmensos. Mis actos, el serrucho del grillo, el parpadeo de la estrella, no eran sino pausas y sílabas, frases dispersas de aquel diálogo. ¿Cuál sería esa palabra de la cual yo era una sílaba? ¿Quién dice esa palabra y a quién se la dice? Tiré el cigarrillo sobre la banqueta. Al caer, describió una curva luminosa, arrojando breves chispas, como un cometa minúsculo.

Caminé largo rato, despacio. Me sentía libre, seguro entre los labios que en ese momento me pronunciaban con tanta felicidad. La noche era un jardín de ojos. Al cruzar la calle, sentí que alguien se desprendía de una puerta. Me volví, pero no acerté a distinguir nada. Apreté el paso. Unos instantes percibí unos huaraches sobre las piedras calientes. No quise volverme, aunque sentía que la sombra se acercaba cada vez más. Intenté correr. No pude. Me detuve en seco, bruscamente. Antes de que pudiese defenderme, sentí la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce:

-No se mueva , señor, o se lo entierro.

Sin volver la cara pregunte:

-¿Qué quieres?

-Sus ojos señor –contestó la voz suave, casi apenada.

-¿Mis ojos? ¿Para qué te servirán mis ojos? Mira, aquí tengo un poco de dinero. No es mucho, pero es algo. Te daré todo lo que tengo, si me dejas. No vayas a matarme.

-No tenga miedo señor. No lo mataré. Nada más voy a sacarle los ojos.

-Pero, ¿para qué quieres mis ojos?

-Es un capricho de mi novia. Quiere un ramito de ojos azules y por aquí hay pocos que los tengan.

-Mis ojos no te sirven. No son azules, sino amarillos.

-Ay, señor no quiera engañarme. Bien sé que los tiene azules.

-No se le sacan a un cristiano los ojos así. Te daré otra cosa.

-No se haga el remilgoso, me dijo con dureza. Dé la vuelta.

Me volví. Era pequeño y frágil. El sombrero de palma la cubría medio rostro. Sostenía con el brazo derecho un machete de campo, que brillaba con la luz de la luna.

-Alúmbrese la cara.

Encendí y me acerqué la llama al rostro. El resplandor me hizo entrecerrar los ojos. El apartó mis párpados con mano firme. No podía ver bien. Se alzó sobre las puntas de los pies y me contempló intensamente.

La llama me quemaba los dedos. La arrojé. Permaneció un instante silencioso.

-¿Ya te convenciste? No los tengo azules.

-¡Ah, qué mañoso es usted! –respondió- A ver, encienda otra vez.

Froté otro fósforo y lo acerqué a mis ojos. Tirándome de la manga, me ordenó.

-Arrodíllese.

Mi hinqué. Con una mano me cogió por los cabellos, echándome la cabeza hacia atrás. Se inclinó sobre mí, curioso y tenso, mientras el machete descendía lentamente hasta rozar mis párpados. Cerré los ojos.

-Ábralos bien –ordenó.

Abrí los ojos. La llamita me quemaba las pestañas. Me soltó de improviso.

-Pues no son azules, señor. Dispense.

Y despareció. Me acodé junto al muro, con la cabeza entre las manos. Luego me incorporé. A tropezones, cayendo y levantándome, corrí durante una hora por el pueblo desierto. Cuando llegué a la plaza, vi al dueño del mesón, sentado aún frente a la puerta.

Entré sin decir palabra.

Al día siguiente hui de aquel pueblo.


ENTRE IRSE Y QUEDARSE


Entre irse y quedarse duda el día,
enamorado de su transparencia.

La tarde circular es ya bahía:
en su quieto vaivén se mece el mundo.

Todo es visible y todo es elusivo,
todo está cerca y todo es intocable.

Los papeles, el libro, el vaso, el lápiz
reposan a la sombra de sus nombres.

Latir del tiempo que en mi sien repite
la misma terca sílaba de sangre.

La luz hace del muro indiferente
un espectral teatro de reflejos.

En el centro de un ojo me descubro;
no me mira, me miro en su mirada.

Se disipa el instante. Sin moverme,
yo me quedo y me voy: soy una pausa


Algo moderno, a veces brusco pero realista y muy profundo. Octavio Paz es consiente del mundo en que vive y precisamente es asi como lo escribe, como es sin quitarle nada y poniéndole solamente ese toque de magia y realismo que refleja en cada uno de sus escritos.


Enlaces

http://www.los-poetas.com/h/biopaz.htm

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/paz_octavio.htm

http://patriciadamiano.blogspot.com/2007/06/octavio-paz-el-ramo-azul.html

http://poeticas.es/?p=1634






viernes, 15 de octubre de 2010

Rosario Castellanos

Nacida en la ciudad de México el 25 de Mayo de 1925. Estudió la licenciatura y la maestría en filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de Mexico. Gracias a una beca realizó cursos de postgrado sobre ética y estilística en Madrid. España.

Fue promotora de cultura en el Instituto de ciencias y artes de Chiapas, en Tuxtla Guitiérrez; trabajó luego en el Centro Coordinador del Instituto Indigenista de San Cristóabl de las Casas, en Chiapas, y en el Indigenista de México fue la redactora de textos escolares durante 5 años y durante 10 desempeñó la jefatura de Información y prensa en la UNAM.

Cultivó todos los géneros, especialmente la poesía, la narrativa y el ensayo, colaboró con cuentos, poemas. críticas literaria y artículos de diversa índole en los suplementos culturales de los principales diarios del país y en revistas especializadas de México y del extranjero. En el periódico Excélsor colaboró asiduamente en su página editorial, desde 1963 hasta 1974.

Muere en Tel Aviv el 07 de Agosto de 1974.

Parte de su obra:

Cuentos:
  • Ciudad Real (1960).
  • Álbum de familia (1971).
  • Rito de iniciación (1992).
Poesía
  • Trayectoria del polvo, El cristal Fugitivo, México (1948).
  • De la vigilia estéril (1950).
  • Dos poemas (1950).
  • Materia memorable (1969).
  • La tierra de en medio (1969).
  • Poesía no eres tú, obra poética (1948-1971).

LA DESPEDIDA

Déjame hablar, mordaza, una palabra
para decir adiós a lo que amo.
Huye la tierra, vuela como un pájaro.
Su fuga traza estelas redondas en el aire,
frescas huellas de aromas y señales de trinos.

Todo viaja en el viento, arrebatado.

!Ay, quién fuera un pañuelo,
sólo un pañuelo blanco!


LA NOSTALGIA


Si te digo que fui féliz, no es cierto.

No creas lo que yo creo cuando me engaño.

El recuerdo embellece lo que toca:
te quita la jaqueca que tuviste,
el sopor de la siesta lo transfigura en éxtasis
y, en cuanto a ese zapato que apretaba
tanto que te impidió bailar el primer baile,
no hubo zapato. Mira: estás descalza, danzas
eternamente ingrávida en el circulo
cerrado de un abrazo.

Danzas sin esa doble barbilla de tu gula,
sin esa arruga artera
que está acechando alrededor de tu ojo.


AMOR

Sólo la voz, la piel, la superficie
Pulida de las cosas.

Basta. No quiero más la oreja, que su cuenco
Rebalsaría y la mano ya no alcanza
A tocar más allá.

Distraída, resbala, acariciando
Y lentamente sabe del contorno.
Se retira saciada
Sin advertir el ulular inútil
De la cautividad de las entrañas
Ni el ímpetu del cuajo de la sangre
Que embiste la compuerta del borbotón, ni el nudo
Ya para siempre ciego del sollozo.

El que se lleva su memoria,
su modo de ser río, de ser aire,
De ser adiós y nunca.

Hasta que un día otro lo para, lo detiene
Y lo reduce a voz, a piel, a superficie
Ofrecida, entregada, mientras dentro de sí
La oculta soledad aguarda y tiembla.


Enlaces

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/castellanos_rosario.htm

http://www.amor.com.mx/biografia_de_rosario_castellanos.htm

http://www.aquicomitan.com.mx/rosario/biografia.htm

http://sololiteratura.com/ros/rospoemas.htm